El “sueño logrado” de Freddie Mercury podría entenderse de varias maneras, porque su vida estuvo llena de metas cumplidas que él mismo había visualizado desde muy joven.
Freddie, nacido Farrokh Bulsara en Zanzíbar, creció soñando con ser una estrella del rock. Cuando llegó a Londres en su adolescencia, ya imaginaba escenarios, multitudes y una carrera artística única. A lo largo de su vida, logró varios de esos sueños:
Formar Queen: En 1970 se unió a Brian May y Roger Taylor, y poco después a John Deacon. Queen se convirtió en una de las bandas más influyentes de la historia.
Conquistar estadios: Para Freddie, llenar grandes recintos y conectar con miles de personas al mismo tiempo era un ideal; Wembley en 1986 y, sobre todo, Live Aid en 1985 fueron la culminación de ese sueño.
Dejar un legado musical atemporal: Canciones como Bohemian Rhapsody, We Are the Champions o Somebody to Love siguen sonando en todo el mundo décadas después.
Expresarse sin barreras: A pesar de las convenciones de su época, Freddie desarrolló un estilo escénico y personal completamente propio, rompiendo moldes de masculinidad y performance en el rock.
En entrevistas, él mismo decía que no le interesaba vivir mucho tiempo, sino vivir plenamente, y en ese sentido, su gran sueño era ser recordado como un artista irrepetible. Lo consiguió.

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