Querido diario,
Hoy me siento un poco perdida. A veces, la vida parece un laberinto, y yo, una simple viajera, intento encontrar la salida hacia la felicidad. He estado reflexionando sobre lo que significa realmente ser feliz. ¿Es un estado permanente o simplemente momentos fugaces que se entrelazan en nuestra existencia?
Recuerdo una época en la que la risa era mi compañera constante. Las pequeñas cosas, como un café caliente en una mañana fría o una charla con una amiga, me llenaban de alegría. Sin embargo, en los últimos meses, he sentido que esas pequeñas cosas han perdido su brillo. La rutina se ha vuelto pesada, y a menudo me encuentro atrapada en pensamientos negativos que parecen no tener fin.
Hoy, decidí dar un paso hacia adelante. En lugar de dejar que la tristeza me consuma, opté por escribir. Escribir siempre ha sido mi refugio, un lugar donde puedo ser honesta conmigo misma. Así que aquí estoy, plasmando mis pensamientos en estas páginas, buscando claridad en medio del caos.
He aprendido que la felicidad no es algo que se encuentra, sino algo que se cultiva. He comenzado a practicar la gratitud. Cada noche, antes de dormir, anoto tres cosas por las que estoy agradecida. Puede ser algo tan simple como el sol brillando a través de mi ventana o el abrazo cálido de un ser querido. Estos pequeños recordatorios me ayudan a ver que, a pesar de las dificultades, hay luz en mi vida.
Además, he decidido rodearme de personas que me inspiran. Aquellos que ven el mundo con ojos optimistas y que, a pesar de sus propias batallas, eligen sonreír. Su energía es contagiosa y me recuerda que no estoy sola en este viaje.
Hoy, mientras escribo, me doy cuenta de que la felicidad no es un destino, sino un camino. Un camino que a veces se siente empinado y lleno de obstáculos, pero que también está adornado con flores silvestres y vistas impresionantes. Estoy aprendiendo a disfrutar de cada paso, incluso de los más difíciles.
Así que aquí estoy, comprometida a buscar mi felicidad, un día a la vez. Y aunque a veces me sienta perdida, sé que tengo las herramientas para encontrar mi camino de regreso. La vida es un viaje, y estoy lista para abrazarlo con todo lo que tengo.
Con esperanza,
Ana
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