jueves, 30 de octubre de 2025

La depresión y la ansiedad

Ahora hablaré de la depresión, de la ansiedad porque de todo he sufrido y estoy sufriendo. La depresión fue lo peor porque lo que uno siente en esos momentos es la falta de ganas de vivir, de no levantarse de la cama y de que no amanezca porque eso significa que tienes que enfrentarte al nuevo día y así un día y otro, un mes y otro, un año y otro y así varios años hasta que la dichosa enfermedad te deje en paz de una vez.

Nunca hay que tirar la toalla porque aunque parezca que nunca se saldrá de esa terrible depresión, se puede CLARO QUE SI, con paciencia y con ganas de que se aleje ya y puedas aprender a vivir sin ella, a disfrutar de la vida pero tienes que proponértelo con fuerza.
No pongas "peros", - pero no puedo hacer eso - pero no tengo fuerzas - pero me es imposible.

Cuesta, claro que cuesta PERO SE PUEDE, CLARO QUE SI, PORQUE TU PUEDES, CLARO QUE SI.

Nunca pienses que es imposible, que eres diferente a los demás y que tu estás peor, nada de eso, si ponemos todo aunque nos cueste SALIMOS, primero pedimos ayuda a los profesionales y luego el resto lo hacemos nosotros con esa ayuda. Lo primero de todo hay que tener fe en que lo vamos a conseguir y eso nos servirá para aguantar.
Habrá momentos de dificultad para ver el camino de la salida, momentos que creemos no poder lograrlo, pero tengamos esperanza de que al final del túnel está la salida hacia otra vida sin depresión, cuesta pero SE PUEDE.

¿Porqué?, sencillamente porque no está así porque le da la gana, no puede sentirse de otra manera aunque tenga a su lado todo lo mejor del mundo, tenemos que apoyarles estando a su lado, escuchándoles si quieren decirnos algo, ofreciéndoles nuestro hombro si quieren llorar, dándoles cariño, comprensión y sobre todo nuestra compañía en esos malos momentos, que sepan que nos tendrán a su lado sin duda alguna, pero a su lado no dando lecciones de nada y menos haciéndoles ver que están así porque quieren, NO QUIEREN, claro que no quieren estar así pero no pueden evitar ese sufrimiento. Dejemos que lloren si tienen ganas, que se desahoguen por lo mal que lo están pasando y cuando quieran estar en silencio, estemos haciéndoles compañía en ese silencio. - Ana D.

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