Cuando eres joven no le das importancia al paso del tiempo pero ya a nuestra edad piensas que no tienes demasiadas expectativas de vida, nadie sabe cuando llega esa hora de la despedida pero si que está uno seguro de que todo tiene un límite y ese dichoso límite está llegando. Te duele por tu familia y la gente que te quiere pero la vida es así, todo tiene su principio y su fin y las nuevas generaciones van llegando y nosotros vamos dejándoles el espacio que les pertenece.
Has visto crecer a tu hijos, luego a tus nietos y compruebas que ya te estás haciendo mayor, que ellos están ahora disfrutando de lo que tu viviste LA JUVENTUD divino tesoro y que cierto es, cuando la vas perdiendo es cuando te das cuenta de lo que significa ser joven. Ves las fotos de aquellos años y compruebas que aunque ya eres mayor TAMBIÉN FUISTE JOVEN que esos años han quedado ya atrás, muy atrás, demasiado.
La verdad que lo que estoy escribiendo parece todo muy negativo, que el llegar a esta edad es un desastre y que todo ya se ve negro pero tampoco es eso, tenemos que apreciar también que otros por desgracia se fueron muy jóvenes y que no pudieron disfrutar tan siquiera de esa juventud, ni disfrutar de unos hijos ni de los nietos que pudieran haber tenido, o quizás no, nunca se sabe porque cada uno elige la vida que más le apetece, casarse o no casarse, tener hijos o no tenerlos eso ya es cosa de lo que se desee.
Yo me casé joven, tuve mucha suerte con mi matrimonio aunque no todos los años que duró fui feliz, las depresiones me hicieron pasarlo mal durante bastantes años pero nunca me faltó esa persona a mi lado, jamás. Eso quedó atrás pero cuando pude vivir un tiempo más feliz y relajada Dios quiso que él se fuera, parece que cuando ya todo estaba pasado y el ya me había ayudado todo lo que yo necesitaba, tenía que irse de mi lado, sin decirme nada, sin darse cuenta, sin tan siquiera mirarme, solo cerró los ojos y ya se alejó de mi lado, en silencio y tranquilo como el siempre decía quería irse de nuestro lado.
Así es la vida, esta dichosa vida que a veces es tan dura y tan complicada de poder llevarla. Muchas veces pensamos si habremos hecho algo malo para que nos pasen tantas cosas desagradables pero no es ese el motivo, solo es que cada uno nacemos con un destino ya escrito (eso dicen) y ese dichoso destino unas veces es muy puñetero. - Ana D.
Has visto crecer a tu hijos, luego a tus nietos y compruebas que ya te estás haciendo mayor, que ellos están ahora disfrutando de lo que tu viviste LA JUVENTUD divino tesoro y que cierto es, cuando la vas perdiendo es cuando te das cuenta de lo que significa ser joven. Ves las fotos de aquellos años y compruebas que aunque ya eres mayor TAMBIÉN FUISTE JOVEN que esos años han quedado ya atrás, muy atrás, demasiado.
La verdad que lo que estoy escribiendo parece todo muy negativo, que el llegar a esta edad es un desastre y que todo ya se ve negro pero tampoco es eso, tenemos que apreciar también que otros por desgracia se fueron muy jóvenes y que no pudieron disfrutar tan siquiera de esa juventud, ni disfrutar de unos hijos ni de los nietos que pudieran haber tenido, o quizás no, nunca se sabe porque cada uno elige la vida que más le apetece, casarse o no casarse, tener hijos o no tenerlos eso ya es cosa de lo que se desee.
Yo me casé joven, tuve mucha suerte con mi matrimonio aunque no todos los años que duró fui feliz, las depresiones me hicieron pasarlo mal durante bastantes años pero nunca me faltó esa persona a mi lado, jamás. Eso quedó atrás pero cuando pude vivir un tiempo más feliz y relajada Dios quiso que él se fuera, parece que cuando ya todo estaba pasado y el ya me había ayudado todo lo que yo necesitaba, tenía que irse de mi lado, sin decirme nada, sin darse cuenta, sin tan siquiera mirarme, solo cerró los ojos y ya se alejó de mi lado, en silencio y tranquilo como el siempre decía quería irse de nuestro lado.
Así es la vida, esta dichosa vida que a veces es tan dura y tan complicada de poder llevarla. Muchas veces pensamos si habremos hecho algo malo para que nos pasen tantas cosas desagradables pero no es ese el motivo, solo es que cada uno nacemos con un destino ya escrito (eso dicen) y ese dichoso destino unas veces es muy puñetero. - Ana D.
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